Según el Instituto para la Investigación del Cáncer y el Envejecimiento de Niza (IRCAN), nuestro intestino es un órgano blanco en envejecimiento debido a la velocidad aumentada del declive de nuestros telómeros en las células intestinales. Los telómeros son las secuencias de ADN presentes en los extremos de nuestros cromosomas (paquetes de ADN en nuestras células). Según artículo del IRCAN, publicado en Nature Aging este año, «Gut-specific telomerase expression counteracts systemic aging in telomerasedeficient zebrafish»… un rescate de los telómeros por medio de la inducción génica de la enzima telomerasa puede revertir el envejecimiento intestinal en nuestras células intestinales disminuyendo la proliferación celular, restaurando la integridad del tejido, disminuyendo la inflamación y restaurando la microbiota normal, además de influenciar negativamente en el envejecimiento de otros sistemas como el hematopoyético y el reproductivo.

Lo anterior comprobado en peces cebra y demostrando que trabajar intencionadamente para restaurar el largo de nuestros telómeros intestinales es efectivo para contrarrestar el envejecimiento de forma sistémica.

Cuidemos nuestro intestino no exponiéndolo a sustancias que aumentan la inflamación (carbohidratos como azúcares en exceso o harinas refinadas, grasas saturadas y antibióticos innecesarios) y exponiéndolo a fuentes de microbiota intestinal saludable (yogurt, kefir, probióticos) y fibra abundante.